María y José iban a una romería;
María tan cansada iba, que caminar no podía.
Cuando llegaron a Belén toda la gente dormía.
-¡Abre las puertas portero!
- Estas puertas no se abren hasta que amanezca el día.
Se fueron a refugiar a un portalito que había,
y allí nació el hijo de María.
Tan pobres eran que ni pañales tenían.
Se quito el pañuelo que sus cabellos cubría,
La hizo pedazos y al niño envolvía.
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